lunes, 6 de junio de 2016

TAREA DE ESPAÑOL
06-06-2016

           I. Escriba con diferente color  la letra que le corresponde:
1.    La niña siguió desobedeciendo pese a la repren_ión. ____________
2.    El general ordenó la disper_ión de sus tropas. ____________.
3.    Hemos recibido la visita de un funcionario nicaraguen_e. ____________
4.    Muchos ignoran el _ignificado de esta palabra. ____________.
5.    Los nuevos socios deben pagar cuotas de admi_ión. ____________.
6.    El abono mineral resultó ser no_ivo para las plantas.____________.
7.    Di_lexia es la alteración de la capacidad de leer. ____________.
8.    E_equiel llegó tarde al colegio. ____________.
(Escriba las reglas ortográficas utilizadas en este ejercicio.)
II. En la siguiente estrofa identificar:
 a. número de sílabas por verso, teniendo en cuenta sinalefas, hiatos, última palabra de verso.
b. Clase de rima y nombre de cada verso según el número de sílabas.
c. Figuras literarias que se encuentren en la estrofa.
Y por eso son tan tristes mis cadencias;
Y por so son mis notas tan pausadas
Que semejan el hundirse de los féretros,
Y el resbalar de las lápidas,
Y el rodar de la honda huesa de la arcilla,
Y el crujir de las mortajas;
Y por eso son mis ritmos tan dolientes,
Y mis voces tan monótonas, tan lánguidas…
Que parecen estertor de moribundo
O aleteos de plegarias.
III. Clasifica la clase de conector de las siguientes oraciones:
1.    Puesto que no quieres venir, nos vamos.
2.    Él no ha llegado todavía.
3.    Iré a clase, aunque esté lloviendo.
4.    Todos pagan, ya sea profesional, ya sea estudiante.
5.     Te presto el libro, siempre que me lo cuides.
6.    Ven a verme después que haga la comida.

miércoles, 1 de junio de 2016

TAREA PARA GRADO 7°
*Hacer conteo de sílabas por verso, teniendo en cuenta sinalefas, hiatos y las últimas palabras de cada verso.
MONTAIGNE

Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonríe.
La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar.

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de oscuro pedernal:
la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas,
en rútiles monedas tasando el Bien y el Mal.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...
(¡niñez en el crepúsculo! ¡Lagunas de zafir!)
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír.

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos puede consolar.

Mas hay también ¡Oh Tierra! un día... un día... un día...
en que levamos anclas para jamás volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables
¡un día en que ya nadie nos puede retener!